Decembristas - Historia de Rusia

Regimiento de Salvavidas a caballo  en la Plaza del Senado

El 26 de diciembre de 1825, tuvo lugar el levantamiento decembrista. Se convirtió en la actuación política más importante de la nobleza en la historia de Rusia. Su principal objetivo era el derrocamiento de la autocracia, la abolición de la servidumbre, la adopción de una constitución y la introducción de un gobierno representativo.
Los decembristas, miembros de varias sociedades secretas desde la década de 1810 hasta la de 1820, habían estado preparando su levantamiento durante mucho tiempo.

«...Везде шептались – все говорили: к чему это приведёт? Все элементы были в брожении. Одно лишь правительство беззаботно дремало над вулканом»,– писал А.А. Бестужев.

En principio, el levantamiento estaba previsto para la primavera de 1826 pero la muerte prematura de Alejandro I, que murió sin dejar descendencia, aceleró los hechos.
El hermano de Alejandro, Constantino, sería el nuevo zar de acuerdo a las leyes de sucesión al trono. Sin embargo, Constantino no se veía a sí mismo como emperador, es más, deseaba contraer matrimonio con una mujer que no cumplía en absoluto con el estatus requerido por las estrictas leyes autocráticas. Para evitar la agitación social, Constantino ascendió al trono; el ejército y el patriarca le juraron lealtad. Al mismo tiempo, Constantino escribió a su hermano menor, Nicolás, pidiéndole que se convirtiese en el nuevo emperador de Rusia.
Fue el 26 de diciembre cuando tendría lugar el nuevo juramento de fidelidad, esta vez al emperador Nicolás I.
Los participantes en el levantamiento decidieron aprovechar la incertidumbre que se había desarrollado en las más altas esferas del poder. Los decembristas pretendían evitar que las tropas y el Senado prestaran juramento al nuevo emperador.
El príncipe Sergei Trubetskoy fue elegido líder de la sublevación. Los planes de los decembristas eran el asalto al Palacio de Invierno y el arresto de la familia real. De tener éxito, pretendían exigir al Senado la publicación de un manifiesto nacional proclamando todos los derechos y libertades, es decir, la aprobación de la Constitución, así como el establecimiento de un Gobierno Provisional. La cuestión de la nueva forma de gobierno debía ser decidida por la Asamblea Constituyente.

Sergei Trubetskoy

El 26 de diciembre de 1825, las tropas insurgentes comenzaron a reunirse en la Plaza del Senado. A las 11 de la mañana, los decembristas habían reunido a más de tres mil  soldados. Sin embargo, el plan de acción, que parecía tan coherente en el papel, estaba predeterminado al  fracaso. Cuando las tropas se acercaron a la Plaza del Senado, el juramento al nuevo emperador ya había tenido lugar y los senadores se dispersaron. El líder del levantamiento, Seergei Trubetskoy, no apareció en la Plaza del Senado a la hora señalada y mientras los participantes discutían sobre la elección de un nuevo "líder", los regimientos continuaron inactivos. La guardia real, que superaba en número a los rebeldes, entró en la plaza, en este momento, el gobernador general militar de San Petersburgo, héroe de la Guerra  de 1812, Mikhail Miloradovich, intentó persuadir a los rebeldes para que depusieran las armas, pero resultó herido de muerte. Nicolás I dio la orden de disparar y los soldados huyeron. Al anochecer, las tropas imperiales reprimieron por completo el levantamiento.

Nicolás I

Como resultado del motín, murieron 1.271 personas. Los arrestos masivos de participantes en el levantamiento comenzaron casi de inmediato. El emperador Nicolás I participó directamente en la investigación del caso que se llevó a cabo en secreto, 579 personas fueron llevadas ante la justicia. Todos los participantes se dividieron en categorías según su papel y actividad en el levantamiento. Encabezando la lista había cinco personas que fueron inmediatamente condenadas a muerte. El veredicto se llevó a cabo seis meses después, en la madrugada del 25 de julio de 1826 en la Fortaleza de Pedro y Pablo. Como resultado del proceso, la Corte Penal Suprema declaró culpables a más de 120 personas y las condenó a diversas penas. Muchos participantes en el levantamiento y miembros de sociedades secretas fueron enviados al exilio y a trabajos forzados en Siberia. Los soldados condenados fueron trasladados a "puntos calientes" en el Cáucaso, donde se llevaron a cabo operaciones militares.

Ahorcamiento de los cinco principales cabecillas

Nicolás I privó a los decembristas de rango o privilegios antes de su envío al exilio, así como el derecho de regresar a cualquier ciudad grande. Esta severa medida incluía no solo a los decembristas, sino también a sus hijos y nietos. Sin embargo, a las esposas de los convictos no les fue aplicada esta medida: ellas procedían de otras familias nobles y por consiguiente no podían ser privadas de su ascendente aristocrático.
Una vez conocidas las sentencias, las esposas no abandonaron a sus maridos. Por el contrario, las mujeres los siguieron con coraje y firmeza a Siberia, superando todas las adversidades.
Para evitar la propagación de ideas rebeldes por toda Siberia, Nicolás I decidió reunirlos en el mismo lugar, al no haber cárcel tan grande en Siberia, se adaptó la de Chita, más adelante se les construyó una mas grande en Petrosky, los prisioneros hicieron el viaje a pie en el verano de 1830, para ellos fue un viaje por la Siberia profunda y dibujaron paisajes o recolectaron hierbas.
Los dibujos y acuarelas de Nicolás Bestyzhev, uno de los condenados, ilustran la vida en Chita primero y en Petrosky después. Gracias a la bondad de Stanislav Leparski, comandante de Petrovski Zavod, nunca tuvieron que hacer trabajos forzados, simplemente moler trigo en el molino o ayudar a construir caminos.

Una calle de Chita (1829-1830)

La celda de Nikolai Panov (1830)

Vista de uno de los patios interiores de la cárcel

Las esposas que siguieron a sus maridos pudieron seguir manteniendo correspondencia con sus familiares en las grandes ciudades, algunas de ellas pertenecían a linajes importantes y Nicolás I no quería enfrentamientos con ellos.
Una nueva clase social surgió en Siberia, aunque privados de sus privilegios y considerados criminales estatales, para los residentes locales los decembristas todavía eran aristócratas: en modales, crianza y educación. Los decembristas fueron tratados con gran  respeto en Siberia y contribuyeron a mejorar la vida cultural y social de las poblaciones, en las que se asentaron ellos y sus descendientes.

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