Пиковая дама
La reina de picas significa malevolencia secreta.
Novísimo tratado de cartomancia
La reina de picas es una de las últimas obras en prosa del genial poeta Pushkin (1799-1837), es un cuento breve, escrito en 1833 y publicado en 1834 que en 1890 fue adaptado para una ópera en tres actos con música de Piotr Ilich Chaikovski y libreto de su hermano Modest Chaikovski. Trata con humor y maestría el tema de la codicia en un retrato de la alta clase rusa del siglo XIX.
1833 г.. Источник: Русская виртуальная библиотека. |
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Entonces le desveló un secreto por el que cualquiera de nosotros pagaría caro.....Los jóvenes jugadores redoblaron la atención. Tomski se encendió una pipa, dio una chupada y continuó: —Esa misma tarde mi abuela apareció en Versalles, au jeu de la Reine. El conde de Orleáns daba; la abuela se disculpó brevemente por no haber llevado el dinero de la deuda, se inventó una pequeña historia para justificarse y empezó a jugar contra él. Eligió tres cartas, las fue colocando una tras otra, las tres ganaron a la primera y la abuela se desquitó por completo. —¡Casualidad!—dijo uno de los invitados.
—¡Cuentos! —observó Hermann.
—¿Puede que las cartas estuvieran trucadas? —propuso un tercero.
—No lo creo—dijo Tomski dándose aires. —¡Vaya!—dijo Narúmov—. ¿Tienes una abuela que acierta tres cartas seguidas y hasta ahora no has adquirido sus cábalas?
—¡Nones!—replicó Tomski—. Ha tenido cuatro hijos, contando a mi padre, los cuatro son jugadores empedernidos y no le ha revelado su secreto a ninguno de ellos; y eso que no les habría venido mal, ni a mí tampoco. Pero mirad lo que me contó mi tío el conde Iván Ilich, y me juró por su honor que era verdad: el difunto Chaplitski—el mismo que murió en la miseria después de haber despilfarrado varios millones, en su juventud perdió (creo que contra Zorich) cerca de trescientos mil rublos. Estaba desesperado. Mi abuela, que siempre había sido muy severa con las travesuras de los jóvenes, se compadeció de algún modo de Chaplitski. Le dijo tres cartas para que apostara a ellas, una tras otra, y le hizo prometer que jamás volvería a jugar. Chaplitski se presentó ante su ganador; se pusieron a jugar. Chaplitski apostó a su primera carta cincuenta mil y ganó; hizo un pároli y lo dobló en la siguiente jugada, y así saldó su deuda y aún salió ganado... Pero ya es hora de irse a dormir: son las seis menos cuarto.
La reina de picas - Alexander PushkinIlustraciones de Sandra RilovaTraducción de Marta Sanchez-NievesEdiciones Nevsky2016
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